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Puesto que los tipos de cambio fluctúan diariamente en función de la oferta y la demanda, también lo hace la exposición al riesgo de tipo de cambio de una empresa internacional. Un riesgo importante asociado al comercio exterior son las fluctuaciones de divisas. El riesgo cambiario, o riesgo de tipo de cambio, se refiere a las pérdidas en las que puede incurrir una transacción financiera internacional por causa de las fluctuaciones de las divisas. Este riesgo surge debido a una variación en la valoración relativa de una divisa frente a otra. Las variaciones pueden tener un efecto negativo en el rendimiento global de una inversión y generar pérdidas para una empresa. Por su naturaleza internacional, el negocio de los viajes está muy expuesto a las fluctuaciones monetarias, por ejemplo.
Afrontar el riesgo cambiario
Las empresas que exportan bienes y servicios a nivel internacional o que se abastecen en el extranjero deben tener muy en cuenta las fluctuaciones monetarias. Las pequeñas y medianas empresas, en particular, son víctimas de este riesgo cambiario. Aunque la mayoría de las pymes consideran el riesgo cambiario como uno de los principales retos a la hora de operar a escala internacional, muy pocas han implementado sistemas de gestión de riesgos para controlar y reducir su exposición al riesgo cambiario. Sin embargo, existe una serie de soluciones para protegerse de la volatilidad de los mercados de divisas.
Con todo tipo de acontecimientos globales sacudiendo el mundo y afectando profundamente al comercio internacional —desde el Brexit y las turbulentas elecciones estadounidenses hasta la pandemia del coronavirus, la guerra de Ucrania y la inflación—, la mayoría de las empresas son muy conscientes de la necesidad de prepararse para una gran variedad de riesgos. No obstante, son muy pocas las que están suficientemente equipadas para hacer frente a los riesgos cambiarios que podrían evitarse. Una encuesta realizada por Nordea en 2020 entre las pymes de los países nórdicos indicaba que la falta de tiempo y de conocimientos eran los dos factores principales que impedían a muchas pymes ser capaces de gestionar su riesgo cambiario.
Tipos de riesgo de tipo de cambio
Las fluctuaciones monetarias pueden afectar al flujo de caja de una empresa a distintos niveles. Son muchos los factores que contribuyen a determinar cómo pueden afectar los tipos de cambio a los flujos de caja de una empresa. Lo primero es saber dónde y cómo afectan las fluctuaciones monetarias a los flujos de caja de una empresa.
Riesgo de cartera
También conocido como riesgo de traslación, el riesgo de cartera se da inevitablemente cuando una empresa lleva a cabo operaciones comerciales en el extranjero y tiene que traducir los estados financieros de una filial a la moneda nacional de su empresa matriz en el marco de sus informes. Este tipo de riesgo cambiario surge cuando una empresa presenta un estado financiero consolidado para sus filiales y este tiene que ver con la contabilidad entre empresas. Aunque el riesgo de cartera en sí mismo rara vez causa dificultades financieras a una empresa, puede tener repercusiones muy negativas, provocando, por ejemplo, unos malos resultados trimestrales y haciendo bajar el precio de las acciones de la empresa en el mercado.
Riesgo económico (u operativo)
Este tipo de riesgo a largo plazo se refiere a situaciones en las que el valor de mercado y/o los flujos de caja futuros de una empresa se ven afectados por la exposición a las fluctuaciones monetarias. También llamado riesgo de previsión o exposición operativa, este tipo de riesgo se produce cuando un competidor extranjero que vende al mismo cliente que la empresa tiene un tipo de cambio más favorable. Como resultado, la empresa perdería valor sin incurrir en culpa alguna.
Riesgo de transacción
Este riesgo cambiario suele ser el más visible al que se enfrenta una empresa. También es el riesgo más fácil de medir y gestionar. Este tipo de riesgo se da por la diferencia de tiempo entre el momento en que la empresa suscribe un contrato y el momento en que recibe el pago, lo que suele ocurrir con una demora que puede llegar a los 120 días. Durante este periodo entre la venta y la recepción de fondos, el valor fluctuante de una divisa puede dejar expuesta a una empresa. Estos tipos de riesgo cambiario suelen afectar a los flujos de caja previsibles a corto plazo, por lo que pueden definirse y gestionarse fácilmente.
Las empresas que operan a nivel internacional están particularmente expuestas a esta variedad de riesgos cambiarios. Y aunque no todos estos riesgos pueden y deben gestionarse, facilitar la planificación, mejorar la gestión del rendimiento y por motivos fiscales son razones válidas para estudiar la gestión del riesgo cambiario. Sin embargo, aquellos riesgos que pueden gestionarse, como los riesgos de transacción, pueden obtener grandes beneficios de las estrategias de cobertura.
Gestionar los riesgos cambiarios mediante la cobertura
Aunque el riesgo de tipo de cambio es una realidad inevitable para las empresas que operan en los mercados internacionales, la cobertura puede ayudar a mitigar el riesgo. La cobertura es una estrategia cuyo objetivo es limitar los riesgos en los activos financieros adoptando una posición opuesta en un activo relacionado. Es importante tener en cuenta que las estrategias de cobertura no pretenden generar beneficios sino reducir o, en el mejor de los casos, eliminar las pérdidas y el riesgo de incertidumbre. En un esfuerzo por acotar el riesgo y controlar su resultado, la cobertura funciona como un seguro. La forma más común de protegerse de la exposición a los tipos de cambio es el uso de estrategias de cobertura basadas en instrumentos financieros.
Estrategias de cobertura
La cobertura de divisas tiene como objetivo reducir y limitar la exposición a las fluctuaciones del mercado de divisas, incluidas las relacionadas con los tipos de cambio, los tipos de interés y otros cambios inesperados en el mercado de divisas. Los dos métodos más comunes para protegerse de la exposición a las divisas son los seguros de cambio y las opciones sobre divisas. Los seguros de cambio y las opciones son una forma de derivados, concretamente derivados extrabursátiles, lo que significa que no se negocian en mercados centralizados sino en privado entre dos contrapartes.
Cuando se trata de cobertura, los términos «posiciones cortas» y «posiciones largas» aparecen con frecuencia y es importante entender a qué se refieren. Una posición larga, o «ir en largo», se refiere a la compra de una divisa frente a otra con el objetivo de obtener un beneficio basado en la expectativa de que el precio aumente. Por otro lado, una posición corta, o «ir en corto», se refiere a vender una divisa frente a otra con el objetivo de proteger al vendedor bloqueando el precio de venta. Implica obtener un beneficio cuando el precio baja.
Seguros de cambio
Los seguros de cambio, o contratos de divisas a plazo, son acuerdos por los que una empresa acepta comprar o vender una cantidad específica de una divisa futura en una fecha futura concreta. Esta solución permite a la empresa protegerse contra las fluctuaciones que puedan producirse hasta esa fecha en particular. Más concretamente, los seguros de cambio pueden adoptar la forma de seguros de cambio flexibles, así como de seguros de cambio dinámicos.
Opciones
Al igual que los seguros de cambio, las opciones son una forma de productos derivados. Sin embargo, su diferencia reside en que otorgan a las contrapartes el derecho —pero no la obligación— de comprar o vender un par de divisas a un precio específico en una fecha concreta en el futuro. Son las denominadas opciones de compra y opciones de venta.
Mientras que una opción de compra otorga al titular el derecho a comprar un par de divisas, una opción de venta confiere al titular el derecho a vender un par de divisas. Estas opciones se llaman opciones de compra o de venta tradicionales y suelen denominarse «vainilla». Se presentan en forma de opciones de compra o de venta largas o cortas y suelen utilizarse como parte de estrategias de cobertura a corto plazo. Tienen la ventaja añadida de ser flexibles en su forma, protegen a los titulares de recesiones inesperadas del mercado y les permiten seguir teniendo posibilidades de beneficios.
En cambio, una opción SPOT, o comercio de opciones de pago único, es más flexible, ya que permite al titular escoger el pago y establecer determinadas condiciones de mercado para recibir dicho pago. Estas condiciones conllevan un coste de compra, conocido como prima. Si se cumplen las condiciones, el titular recibe un beneficio. Sin embargo, si no se cumplen, el titular debe renunciar a la prima. Las opciones SPOT —también llamadas opciones binarias— conllevan un riesgo de pérdida, razón por la cual la mayoría de los corredores de divisas no venden este tipo de contratos sin una protección sustancial.
En el mercado de opciones, es posible calcular la sensibilidad al riesgo de un determinado tipo de operación midiendo la relación entre la opción y una variable cuantificable. Se utilizan diversas letras griegas para representar estas variables y se las conoce comúnmente como «griegas». A cada variable se le asigna un número que proporciona a los operadores más información sobre el grado de riesgo relacionado con la opción. Estos números no están grabados en piedra y pueden variar libremente con el tiempo en función de la situación de la opción en cuestión. Existen muchas variables que pueden utilizarse para evaluar los parámetros de riesgo, pero las principales que se utilizan en el mercado de opciones son las siguientes:
- Delta. Representa la tasa de variación entre el precio de la opción y una variación de 1 $ en el precio del activo subyacente.
- Gamma. Se refiere a la tasa de variación entre el delta de una opción y el precio del activo subyacente.
- Vega. Mide la tasa de variación de la opción con respecto a los tipos de interés.
- Theta. Se refiere a la sensibilidad temporal y representa la tasa de variación del precio de la opción en el tiempo.
- Rho. Se refiere a la tasa de variación de la volatilidad implícita del activo subyacente
Encontrar la estrategia de cobertura adecuada
Para las empresas que se dedican al comercio internacional y que están expuestas a las fluctuaciones monetarias en su actividad diaria, adoptar estrategias de cobertura del riesgo de tipo de cambio puede ser útil a la hora de gestionar y mitigar la volatilidad de las divisas y reducir la incertidumbre en el balance final. Si bien estudiar las posibilidades de poner en práctica estas estrategias debería desempeñar un papel fundamental en la solución de gestión de riesgos de una empresa, comprender cuáles son las estrategias de cobertura más eficaces para una determinada empresa puede resultar complicado. En iBanFirst, nuestros expertos lo saben todo sobre soluciones de cobertura para empresas internacionales y están a su disposición para ayudarle a hacer uso de las fluctuaciones monetarias en beneficio de su empresa. Póngase en contacto con nosotros para saber cómo las estrategias de cobertura pueden ayudar a su empresa a contrarrestar la volatilidad de las divisas.
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