Los mercados nacionales ofrecen muchas posibilidades de crecimiento, pero en el mundo actual, sumamente globalizado, las empresas han expandido sus fronteras a través de los países. Existen varios tipos de comercio internacional (incluido el comercio inter e intraempresarial, así como el comercio inter e intraindustrial) y todos ellos implican la importación y la exportación. Desde los productos básicos hasta los bienes manufacturados, pasando por los bienes intangibles[1] como las telecomunicaciones, los servicios financieros y el turismo, el comercio tiene lugar todos los días. Desde los años 70, el valor de las exportaciones mundiales de mercancías ha crecido exponencialmente, alcanzando los 19 billones de dólares en 2019[2]. Aunque es difícil hacer predicciones con la situación actual de COVID-19 y, a pesar de un retroceso en 2020, se espera que las exportaciones mundiales de mercancías aumenten un 8 % en 2021[3].
Comerciar a nivel internacional puede suponer una revolución, ya que ofrece inmensas oportunidades de expansión y crecimiento. Sin embargo, la tarea puede resultar desalentadora y comerciar en el ámbito internacional no es nada sencillo. Cuando se trata de comercio internacional, hay muchos elementos que deben tenerse en cuenta, como las estrategias de exportación, los riesgos de la cadena de suministro, los pagos internacionales, sin olvidar la gestión de los aspectos legales y relativos al transporte.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de importar y exportar bienes y servicios a nivel internacional? ¿Cómo pueden las empresas optimizar su proceso para potenciar su ventaja competitiva? Esta guía sobre el comercio internacional tiene como objetivo ofrecer una visión general de los inconvenientes a los que hay que prestar atención cuando se comercia a nivel internacional.
En la actual economía globalizada, prácticamente todos los países participan en el comercio internacional. Las actividades de exportación e importación influyen en la economía de un país de muchas maneras. Los tipos de cambio, la inflación y los tipos de interés se ven afectados por el equilibrio entre las importaciones y las exportaciones de un país. Mientras que los altos niveles de importación indican una demanda interna saludable y una economía en crecimiento, los altos niveles de exportación estimulan el empleo y un flujo de fondos hacia el país que conducen a un mayor gasto de los consumidores. Mantener un buen equilibrio entre las importaciones y las exportaciones contribuye a garantizar una economía sólida y estable.
Los países tienen tendencia a importar bienes que ellos mismos no pueden producir y bienes que pueden ser producidos de forma más barata en otros lugares. Esto les permite concentrar sus competencias en los bienes y servicios que producen mejor, un concepto llamado ventaja comparativa. En 2020, EE.UU. fue el primer país importador del mundo[4] en valor, con la importación de bienes que van desde maquinaria, productos básicos, equipos médicos y bienes de consumo. Al delegar esas producciones e importarlas de países extranjeros, EE. UU. puede centrar sus esfuerzos en otros ámbitos y liderar exportaciones como los servicios financieros, las tecnologías de vanguardia, la propiedad intelectual y los productos de entretenimiento.
La expansión internacional ofrece a una empresa la perspectiva de alcanzar nuevos mercados, registrar mayores beneficios y obtener una mayor visibilidad. Las exportaciones contribuyen a construir una imagen de empresa fiable y reputada, a promover la industria de un país entre el público importador y a participar en el crecimiento económico de un país. Existen varias formas de abordar la exportación, entre ellas la directa (la empresa vende sus productos o servicios) y la indirecta (la empresa recurre a un intermediario que se encarga de vender los bienes o servicios en el mercado extranjero). Los métodos y canales seleccionados deben enmarcarse en una estrategia clara para tener éxito, por lo que el primer paso hacia la internacionalización es desarrollar una sólida estrategia de exportación.
Aunque la expansión del comercio, unida a la globalización y la digitalización, puede traer consigo muchas nuevas oportunidades para las grandes y pequeñas empresas, el negocio de la importación y la exportación también está plagado de desafíos. Las pequeñas y medianas empresas, en particular, suelen tener menos capacidad para hacer frente a estos obstáculos. Tanto si se trata de saber cómo conectar con socios extranjeros y desarrollar relaciones sólidas, como de gestionar los pagos internacionales y disponer del tiempo y los recursos necesarios para comprender las leyes y los reglamentos de otros países, las pyme se enfrentan a una serie de desafíos que se engloban en tres categorías principales:
Dado que cada pyme es diferente y única, no existe un modelo universal a la hora de afrontar estos retos. Un buen punto de partida es comprender los problemas más comunes que se presentan a la hora de importar y exportar. Recurrir al asesoramiento especializado puede ayudar a las empresas a evaluar sus necesidades, así como las áreas de mejora específicas de su negocio e industria, con el objetivo de alcanzar nuevas cotas y prosperar.
Aunque las pequeñas y medianas empresas pueden ser todas diferentes y únicas, no obstante, deben cumplir con un conjunto de leyes y reglamentos comunes a todas. Las empresas que se dedican al comercio mundial deben tener en cuenta el marco legal y reglamentario que existe para las importaciones y las exportaciones. El comercio internacional se ha vuelto un asunto complejo y, hoy en día, cerca del 70 % implica cadenas de valor mundiales (CVM), lo que significa que las materias primas, las piezas, los componentes y los servicios cruzan las fronteras varias veces antes de incorporarse a los productos finales[5].
Para establecer los principios y las directrices, se celebran acuerdos comerciales en tres niveles: multilateral, bilateral y unilateral. Como organización específica encargada de reglamentar el comercio internacional, la Organización Mundial del Comercio (OMC) regula el comercio internacional. A través de los acuerdos multilaterales, la organización establece los principios rectores a los que hay que atenerse a la hora de comerciar con bienes, servicios y propiedad intelectual, así como los procedimientos a seguir para resolver los litigios.
En un segundo nivel, los acuerdos regionales se celebran entre grupos de países organizados normalmente por zonas geográficas para regular el comercio entre ellos. Los acuerdos comerciales a este nivel, destinados a facilitar el crecimiento y el desarrollo del comercio entre países, pueden ser multilaterales o bilaterales y proporcionan seguridad a los importadores, exportadores e inversores de todos los países implicados. Los acuerdos regionales adoptan todas las formas y tamaños. Aunque la mayoría parece satisfacer fácilmente a todas las partes, otros pueden resultar más complicados de implementar. Uno de estos acuerdos es el de la Asociación Transpacífica. Este acuerdo ha dicho adiós a un importante Estado miembro (EE.UU.) y está en negociaciones para aceptar a uno nuevo: el Reino Unido. Hablando del Reino Unido, la historia ha demostrado que los acuerdos también pueden romperse. Tras el Brexit, el Reino Unido se retiró oficialmente de la Unión Europea y de los acuerdos comerciales que rigen los 27 Estados miembros solo para firmar un nuevo acuerdo bilateral: el Acuerdo de comercio y cooperación UE-Reino Unido (TCA).
Por último, en un tercer nivel, los países pueden imponer acuerdos comerciales unilaterales. Estas preferencias comerciales unilaterales impuestas por un país a otros se presentan generalmente en forma de barreras comerciales. Su objetivo principal es proteger las industrias nacionales mediante el uso de diversos medios para hacer que los productos importados sean menos atractivos que los nacionales y pueden adoptar diversas formas:
Las barreras comerciales, en todas sus diversas formas, pueden tener efectos positivos y negativos en las empresas, haciendo más o menos difícil el comercio transfronterizo. Los gobiernos se han esforzado por reducir las barreras en las últimas décadas, pero la complejidad de los procedimientos reglamentarios sigue trayendo complicaciones. Para las pyme, que disponen de menos recursos que las empresas multinacionales, el examen del entorno reglamentario y la tramitación de las normas pueden ser especialmente lentos. De hecho, el 38 % de las pyme con presencia digital mencionó que las diferentes reglamentaciones de otros países suponían un reto considerable para la exportación[6].
Las empresas interesadas en participar en el comercio internacional deben tomarse el tiempo necesario para abordar las cuestiones reglamentarias clave antes de lanzarse. ¿Cuáles son los requisitos específicos de cumplimiento de un determinado país para importar y exportar? ¿Hay que pagar derechos de aduana o aplicar una protección adicional de la propiedad intelectual? ¿Se debe solicitar algún número de registro e identificación, como los números EORI o IVA de Europa o el número ECCN de Estados Unidos? ¿Cuándo es necesario tener una licencia de exportación? Estas son algunas de las preguntas que deben hacerse las empresas que tienen previsto ampliar sus perspectivas.
Una vez que hayan establecido una presencia internacional, las empresas no deben dejar de lado la importancia de mantenerse al día con las políticas económicas nacionales y la política internacional. Los gobiernos ajustan sus políticas económicas con regularidad y estos ajustes repercuten directamente en las empresas a través de los impuestos, los tipos de interés, los tipos de cambio y el gasto público. Asimismo, los acuerdos entre países pueden suspenderse o incluso rescindirse en caso de litigio, lo que podría acarrear complicaciones y costosos reajustes para las empresas. Recurrir al asesoramiento especializado puede ayudar a ir un paso por delante y evitar engorrosos procedimientos administrativos que repercuten en los beneficios netos y exigen tiempo y esfuerzo que podrían emplearse de otro modo.
Más allá de la reglamentación comercial, existen otros riesgos regulatorios y medidas de cumplimiento que las empresas en expansión deben considerar. La corrupción, la gobernanza medioambiental, social y corporativa, el fraude financiero y la ciberseguridad son preocupaciones clave para todas las empresas, especialmente las que dependen de socios extranjeros. Al fin y al cabo, las empresas se esfuerzan por cumplir las normas y jugar según las reglas, pero ¿lo hacen también sus socios y proveedores? Encontrar el proveedor adecuado en el actual océano de opciones puede ser abrumador, pero la elección de un proveedor debería ser una decisión estratégica importante. Un buen socio comercial puede contribuir en gran medida a que una empresa cumpla las normas reglamentarias, impulse la demanda de los clientes y construya una sólida reputación de marca.
La entrega de bienes y servicios del punto A al punto B (y a veces de los puntos C, D y E) depende de una amplia red de partes interesadas. La cadena de suministro vincula efectivamente al proveedor del proveedor con el cliente del cliente y consiste en las diversas etapas y flujos logísticos que intervienen directa o indirectamente en la obtención de productos y servicios para sus clientes. El abastecimiento, la programación y la distribución son los tres componentes principales de la cadena.
En la economía altamente globalizada de hoy en día, la importación y exportación de mercancías puede ser un asunto complicado. Algunas empresas cuentan con profesionales especializados en importación/exportación que saben desenvolverse por los complejos entresijos de la cadena de suministro, mientras que otras subcontratan la tarea a proveedores logísticos externos. Adoptar una estrategia clara relativa a la gestión de la cadena de suministro es fundamental para agilizar el proceso de la forma más eficiente posible. Esta se basa en la correcta gestión de los principales flujos de la cadena. En el mejor de los casos, una estrategia sólida de gestión de la cadena de suministro puede ayudar a las empresas a ahorrar dinero, garantizar la satisfacción del cliente y consolidar su posición en el mercado. De hecho, el 57 % de las empresas creen que una buena gestión de la cadena de suministro puede darles una ventaja competitiva[7]. En el peor de los casos, la mala gestión de la cadena de suministro puede perjudicar gravemente a una empresa e incluso suponer su fin. Como cada parte implicada está intrínsecamente relacionada con otra, un eslabón roto puede producir rápidamente un efecto dominó. De hecho, según una encuesta realizada en 2018, el mayor reto de la cadena de suministro es garantizar su transparencia y visibilidad[8]. Por eso, ser capaz de identificar y mitigar los distintos riesgos de una cadena de suministro es fundamental para todas las empresas que operan a nivel internacional y que no quieren verse sorprendidas con la guardia baja.
Las cadenas de suministro internacionales y altamente complejas de hoy en día proporcionan muchos beneficios a una gran variedad de partes implicadas. Sin embargo, su complejidad también las hace vulnerables y propensas a sufrir interrupciones de la actividad. A veces, incluso con toda la preparación y experiencia del mundo, algunas interrupciones sencillamente no se pueden prever. Al fin y al cabo, no siempre es posible predecir la magnitud de las catástrofes naturales, los trastornos políticos y otros casos de fuerza mayor. La pandemia de COVID-19 es un ejemplo perfecto de ello. Las operaciones de la cadena de suministro en todo el mundo se han visto perturbadas por la pandemia como nunca antes y sus efectos han obligado a las empresas a adaptarse. Al hacer que sus cadenas de suministro sean más resilientes, colaborativas y en red, las empresas están dando forma a la cadena de suministro del futuro. Dado que pueden producirse interrupciones en cualquier etapa de la cadena de suministro, los riesgos relativos a las actividades de transporte y logística deben tenerse en cuenta en el camino hacia el desarrollo y el crecimiento de un negocio internacional exitoso. Para las empresas internacionales es crucial planificar adecuadamente y saber identificar los grandes riesgos del comercio internacional. Después de todo, el primer paso en la gestión de riesgos es la identificación de los mismos. Establecer un plan estratégico de gestión de riesgos puede ayudar a encontrar los socios de transporte adecuados y garantizar que las mercancías transitan hasta su destino sin problemas.
Entre las barreras lingüísticas y culturales y las restricciones y requisitos comerciales, trabajar con proveedores extranjeros puede ser un asunto complicado. Seguir algunas de las mejores prácticas para fomentar una sólida relación con los proveedores puede ayudar a las empresas a mitigar los riesgos de compra, a contar con una cadena de suministro sin interrupciones y a cumplir sus KPI. En el camino hacia una expansión internacional exitosa, es fundamental encontrar el proveedor adecuado para que toda la cadena de suministro funcione sin problemas. Con cada eslabón del recorrido de la cadena de suministro enlazado por un distribuidor, la elección del método de distribución adecuado pasa a ser el siguiente reto.
La entrega de mercancías en el lugar y el momento adecuados es un desafío al que se enfrentan todas las empresas internacionales. Independientemente de lo que se transporte y de las fronteras que se crucen, establecer una red de distribución sólida es vital para seguir siendo rentable y crear una experiencia de envío predecible para todas las partes implicadas, desde el fabricante hasta el comprador final. Es necesario disponer de conocimientos técnicos a la hora de acceder a nuevos mercados y tratar de ofrecer la mejor experiencia al cliente, a la vez que se garantiza la previsibilidad de las transacciones. La simple identificación de un socio de transporte no es suficiente para asegurar un buen posicionamiento del producto y el retorno de la inversión. Si bien existen numerosas opciones de distribución global listas para usar, la elección del canal de distribución que corresponde al negocio empieza por entender la base de clientes. Encontrar el modelo de distribución adecuado, ya sea centralizado o descentralizado, ayudará a reforzar la imagen de marca y repercutirá en el éxito a largo plazo de la empresa.
En el mundo de la logística, existen 4 categorías diferentes de servicios de transporte de mercancías e innumerables proveedores de servicios de transporte de mercancías. Identificar el que mejor se adapte a las necesidades de una empresa es un factor clave para establecer el modelo de distribución. Cada año[9] se envían unos 11 000 millones de toneladas de mercancías por todo el mundo, por lo que el transporte marítimo es uno de los medios más utilizados[10]. Sin embargo, con una demanda mundial nunca antes tan fuerte, el sector está sometido a una gran presión. El transporte marítimo plantea muchos retos y los más afectados suelen ser las pequeñas y medianas empresas. Las pyme que comprendan cómo anticiparse a estos retos y superarlos mejorarán sus posibilidades de mantener unos márgenes de beneficio saludables y llevar a cabo operaciones de importación/exportación con éxito. Los costes de transporte mundial aumentan cada año. Aunque han crecido de forma espectacular desde el inicio de la pandemia de COVID-19, hay varias razones por las que seguirán aumentando aún más. Luchar por mantener el ritmo de estos costes puede tener consecuencias en el precio de un producto final y en los márgenes de beneficio de una empresa. Estar al tanto de las evoluciones, ir un paso por delante de las tendencias y buscar alternativas puede marcar la diferencia. Las empresas a menudo pasan por alto la optimización de los costes de transporte, que suelen representar una gran parte del precio final de un producto; pero tanto si la cadena de suministro de una empresa es sencilla como compleja, encontrar la mejor tarifa de transporte de mercancías puede ayudar a reducir estos costes.
En algunos casos, recurrir a un espacio de almacenamiento internacional puede ser una forma eficaz de reducir los costes de envío y los plazos de entrega, al tiempo que se mantiene una ventaja competitiva. Tener un control total del inventario y de los envíos puede significar más capital circulante disponible y un mayor flujo de caja. De hecho, hay tres modelos comunes de control de inventario que la mayoría de las empresas adoptan para asegurarse de tener una visión clara de cómo manejar las existencias de manera fluida con el fin de reducir los gastos operativos, disminuir los costes de almacenamiento y, en última instancia, ahorrar dinero. Las pequeñas y medianas empresas pueden obtener considerables beneficios del uso de sistemas de gestión de inventarios para mantener la organización y evitar quebraderos de cabeza. Saber cómo adoptar la solución de almacenamiento adecuada en un país extranjero requiere habilidad y tiempo. Elegir la ubicación adecuada, hacer frente a las barreras lingüísticas y culturales, gestionar los costes y la reglamentación local, así como tener conocimientos básicos sobre los procedimientos de almacenamiento, pueden disuadir a las empresas de optar por soluciones de almacenamiento internacional. Por ello, algunas prefieren asociarse con una empresa de logística de terceros (3PL) para optimizar su cadena de suministro.
Desde las opciones de transporte hasta los canales de distribución y las soluciones de almacenamiento, las posibilidades a la hora de encontrar la mejor manera de llevar las mercancías del punto A al punto B de forma rápida, eficaz y segura pueden ser abrumadoras. A fin de cuentas, no existe un modelo de distribución único y, con las tendencias cambiantes y los negocios en expansión, es importante reevaluar periódicamente los factores clave para ajustar el modelo de distribución y optimizarlo a largo plazo. Entre otros aspectos a considerar, los pagos transfronterizos también pueden ser un problema para las empresas que operan a nivel internacional. Una estrategia de pago sólida puede contribuir a garantizar unas buenas relaciones con los distintos socios del ecosistema de la cadena de suministro. Saber cómo pagar a los proveedores internacionales es un buen comienzo para hacer frente a estos pagos.
Entre el pago a los proveedores extranjeros, los salarios de los empleados, los servicios de almacenamiento y demás, las pyme con una presencia internacional deben enviar y recibir dinero a cuentas internacionales de forma periódica. Los pagos internacionales, también conocidos como pagos transfronterizos, implican al menos dos países diferentes y más de un banco. Aunque la actividad empresarial y el entorno comercial influyen en la elección de los proveedores de servicios y los métodos de pago más adecuados para una empresa determinada, todas deben tener en cuenta varios factores a la hora de transferir fondos entre países.
A medida que el comercio internacional se ha disparado, los pagos internacionales se han vuelto más fáciles, rápidos y seguros. Dicho esto, todavía hay margen de mejora. Sobre todo, los pagos internacionales siguen siendo caros. Desde los costes ocultos como las tasas de conversión de divisas hasta los tipos de cambio desfavorables y las comisiones de transferencia, los pagos internacionales pueden tener un precio elevado para quien no esté preparado. Las empresas de importación y exportación pueden ser más rentables y eficientes cuando ponen en vigor las mejores prácticas para pagar en el extranjero.
Muchas empresas se quejan de los largos tiempos de transacción y de la falta de visibilidad con respecto a los pagos internacionales. Al fin y al cabo, los pagos internacionales son, por definición, más complejos que los nacionales. En ellos entran en juego las conversiones de divisas y los bancos intermediarios, por lo que el trazado completo de un pago internacional no siempre es en línea recta. Comprender el proceso puede ayudar a las empresas a desarrollar estrategias de pago más eficaces, como la adopción de pagos en moneda local.
Con la previsión de que las transacciones transfronterizas B2B representarán hasta 150 billones de dólares en 2022[11], la cuestión de los pagos internacionales constituye una importante vía de crecimiento en el negocio de la importación y la exportación. Las corporaciones multinacionales suelen recibir una buena atención por parte de los grandes bancos, pero las pyme no siempre tienen tanta suerte. Puede que representen el 95 % de la economía mundial, pero las pequeñas y medianas empresas tradicionalmente suelen tener un acceso limitado a los servicios financieros y a las estrategias de mitigación de riesgos. Dadas las perspectivas de crecimiento del mercado, no se puede pasar por alto la necesidad de soluciones de financiación y opciones de pago específicamente adaptadas al sector de las pyme. De hecho, algunos actores han visto esta oportunidad y muchas pyme se alejan ahora de los bancos tradicionales para encontrar soluciones nuevas e innovadoras.
En los últimos años, ha entrado en escena un número cada vez mayor de empresas del sector tecnofinanciero o fintechs —lo que ha perturbado la hegemonía de los bancos tradicionales— que a su vez ofrecen soluciones inteligentes a los problemas que los bancos no han sido capaces de resolver. En un esfuerzo por fomentar la inclusión financiera y mejorar el uso y la prestación de los servicios financieros, las fintechs se basan en gran medida en la innovación impulsada por la tecnología. Al unir las finanzas y la tecnología, su objetivo es impulsar el rendimiento empresarial y ofrecer una alternativa más conveniente a los productos financieros tradicionales. Hasta ahora, se han centrado en atender las necesidades de los mercados de pagos P2P y C2B, dejando en gran medida el mercado de pagos B2B en la estacada. Ahora que los actores del sector se están dando cuenta del valor de la adopción digital y del crecimiento exponencial que se espera en los próximos años, el sector de los pagos transfronterizos —que mueve un billón de dólares— está especialmente preparado para la innovación. Esta ventana de oportunidades hace que el sector de los pagos transfronterizos B2B sea un campo de juego especialmente atractivo para los disruptores digitales.
Existen muchas razones por las que una empresa se beneficiaría si recurriera a una solución de tecnología financiera para evitar algunos quebraderos de cabeza. Mejorar el flujo de caja, reducir los gastos y potenciar las operaciones son, en general, las tres áreas clave en las que se centran los propietarios de empresas para optimizar el rendimiento y ganar en competitividad. Las fintechs pueden ayudar tanto desde una perspectiva financiera como operativa. Algunas de las principales ventajas de las soluciones de tecnología financiera para optimizar el rendimiento financiero y la estrategia de pagos de una empresa son el acceso a las opciones de pago, la financiación y la inversión, el aumento de la seguridad de los pagos y la mejora del tiempo de procesamiento. Asimismo, las fintechs están acelerando la digitalización de los procesos. De hecho, las herramientas de automatización del flujo de trabajo se encuentran entre las últimas innovaciones de la tecnología financiera.
Un estudio del U.S. Bank reveló que la mala gestión del flujo de caja forma parte de los mayores retos a los que se enfrentan las pequeñas empresas y es una de las principales razones por las que estas fracasan. Dependiendo del sector y de la etapa del ciclo de vida de una empresa, los factores que hay que tener en cuenta difieren, pero el resultado final es siempre el mismo para todos: asegurarse de que la cuenta de resultados está en negro. Dado que la gestión del flujo de caja se centra en la sincronización de las entradas y salidas, los retrasos y la falta de pagos pueden tener serias consecuencias para una empresa internacional. Según un estudio de Deloitte[2], el 47 % de los proveedores declara haber cobrado con retraso y este problema se ha agravado desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Los retrasos en los pagos a menudo son una fuente de estrés financiero para las pequeñas empresas, puesto que impiden las perspectivas de crecimiento y la capacidad de preparar una previsión precisa del flujo de caja.
Aprender cómo hacer previsiones de flujo de caja y proteger los márgenes de beneficio es clave para evitar problemas de tesorería. A veces se pasa por alto, pero protegerse de las fluctuaciones de los tipos de cambio tanto en las ventas como en las compras puede tener un gran efecto en los márgenes de beneficio. Puede que no exista una forma de predecir los tipos de cambio flexibles y eliminar un posible riesgo de cambio, pero sí que hay formas de minimizar el impacto de las fluctuaciones de los tipos de cambio. Una de ellas es el seguimiento de los tipos de cambio en tiempo real. Tradicionalmente reservadas a las grandes empresas que se benefician de una amplia gama de servicios financieros, las innovaciones tecnológicas que ofrecen los tipos de cambio en tiempo real empiezan a ponerse a disposición de las pyme. Permitir que las pyme accedan a los tipos de cambio en tiempo real y que realicen sus transacciones en el momento adecuado contribuye directamente a mejorar sus márgenes de beneficio. De hecho, los tipos de cambio en tiempo real tienen 4 ventajas para las pequeñas y medianas empresas. El mundo de los pagos y el procesamiento, al igual que todos los demás aspectos que contribuyen a que los negocios internacionales crezcan y prosperen, evoluciona para seguir el ritmo de los tiempos. Si los empresarios siguen los medios de comunicación especializados y se mantienen al tanto de los principales avances e innovaciones en este sector, estarán mejor preparados para lo inesperado. Suscríbase al boletín mensual de iBanFirst y reciba la información más reciente del sector directamente en su bandeja de entrada.
En un mundo en constante cambio, las empresas deben tener el reflejo de reevaluar su situación de forma periódica. Adoptar una estrategia de importación/exportación eficaz puede llevar tiempo y requerir experiencia. Las decisiones bien informadas y, sobre todo, los conocimientos y un asesoramiento especializados contribuyen a sentar unas bases sólidas, a reconducir las decisiones erróneas en la dirección correcta y a optimizar las estrategias existentes.
Teniendo en cuenta lo complejas que pueden ser las cadenas de suministro, es fundamental estar al tanto del proceso. Las redes de la cadena de suministro siguen creciendo en tamaño y escala, por lo que, para seguir siendo competitivos, es necesario asegurarse de que la cadena de suministro sigue funcionando sin problemas. Existen muchas formas de optimizar una cadena de suministro, desde el software de gestión de la cadena de suministro (SCMS) hasta las diversas herramientas y técnicas disponibles. El objetivo de la optimización de principio a fin de la cadena de suministro es maximizar el valor y minimizar los costes, de ahí que sea primordial conocer todas las opciones y comprender qué es lo mejor para su empresa.
Los objetivos, los modelos de negocio y las ubicaciones geográficas influyen en la estrategia de pago de una empresa, motivo por el cual no existe un modelo único para todos. Para que una empresa tenga éxito es imprescindible definir una estrategia de pago y establecer los pasos clave para hacerla competitiva. Contacte con nosotros para ayudarle a optimizar su estrategia financiera y beneficiarse de un asesoramiento especializado; nuestros expertos le orientarán sobre nuestros servicios y ventajas.