En la economía global actual, las empresas grandes y pequeñas traspasan fronteras más que nunca. Este cambio ha hecho que los pagos internacionales ya no sean un fenómeno ocasional y se hayan convertido en un elemento fundamental de la gestión de sus cuentas.
Además, a estas transacciones transfronterizas se añaden otros niveles de complejidad. Las distintas regiones tienen sus propios sistemas de pago, cada uno con su propio conjunto de trámites y plazos. Y eso sin tener en cuenta variables como los tipos de cambio de divisas, los bancos intermediarios y el reto que suponen las diferentes zonas horarias y horarios comerciales.
Si ha llegado hasta este artículo, lo más probable es que esté lidiando con esta complejidad, que busque claridad sobre dónde está su dinero y saber cuándo sus proveedores pueden esperar el pago. Vamos a detallárselo en función del sistema de pago con el que trabaje.
La mayoría de los pagos transfronterizos se procesan a través de SWIFT o SEPA. SWIFT y SEPA no son bancos, sino marcos que estandarizan el movimiento de dinero entre países y jurisdicciones.
Los pagos efectuados y recibidos por cuentas denominadas en euros suelen utilizar SEPA. SEPA posibilita que los pagos internacionales en la zona euro sean casi tan rápidos y fluidos como las transferencias nacionales. La mayoría de los pagos SEPA se liquidan en uno o dos días hábiles, aunque en determinadas circunstancias pueden tardar algo más.
La mayoría de los demás pagos internacionales se mueven entre cuentas utilizando la red SWIFT. Dependiendo de los países y las divisas en cuestión, un pago internacional puede realizarse directamente de banco a banco. Sin embargo, para las divisas menos comunes, el pago puede transitar por bancos y redes intermediarias. Aquí es donde la visibilidad en tiempo real del seguimiento de los pagos internacionales se vuelve más incierta.
La mayoría de los pagos de la zona euro se realizan a través de SEPA. Solo necesita el número de cuenta y el IBAN del destinatario para iniciar un pago. Un pago SEPA estándar suele llegar a la cuenta del destinatario en un día hábil.
Por su parte, los pagos SWIFT son bastante más complicados. Esto se debe a que la red SWIFT es inmensa, con más de 11 000 instituciones miembros en más de 200 países.
SWIFT no tiene fondos ni gestiona cuentas, tampoco se encarga de las funciones de liquidación de pagos. Lo que sí proporciona es un marco de mensajería estandarizado que permite a los bancos miembros transferir dinero.
En 2022, unos 45 millones de mensajes de transacciones circularon por la red SWIFT diariamente.
Los pagos con SWIFT normalmente se liquidan en 1-4 días hábiles. Sin embargo, el tiempo de procesamiento puede aumentar si se recurre a bancos corresponsales o intermediarios, o si se utilizan divisas poco comunes. Las zonas horarias, los días festivos y otras consideraciones operativas también pueden aumentar el tiempo de liquidación.
Debido a esta mayor complejidad, las transferencias SWIFT son más costosas que las transferencias SEPA y pueden llegar a costar entre 30 € y 50 €.
Aunque la mayoría de los pagos SWIFT se materializan en el plazo previsto de 1 a 4 días, inevitablemente llegará un momento en el que su proveedor no haya recibido su pago pasados cinco días.
Afortunadamente, SWIFT le proporciona herramientas básicas para realizar el seguimiento de los pagos internacionales. Cuando efectúe un pago con SWIFT, obtendrá un número de referencia de la transacción de extremo a extremo. Este número es el que va asociado a su pago mientras se transfiere de su cuenta a la del destinatario, aunque pase por bancos intermediarios.
Puede realizar el seguimiento del pago poniéndose en contacto con su banco y facilitándole el número de referencia de la transacción y algunos detalles más, como el importe y la fecha de pago. Dicho esto, si el pago de un proveedor se retrasa, el equipo de contabilidad de este último deberá ponerse en contacto con el suyo, reunir los datos necesarios sobre el pago e iniciar el seguimiento a través de su banco.
Tenga en cuenta que algunos bancos cobran una comisión por el seguimiento de un pago SWIFT. A ello se le añade el tiempo invertido en la constante comunicación con su proveedor y su banco. La falta de visibilidad provoca obstáculos y posibles conflictos entre usted y las personas que le ayudan a mantener su negocio.
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iBanFirst le permite elegir la velocidad y el coste de sus pagos internacionales y le da acceso a herramientas avanzadas para el seguimiento de los pagos. Nuestro Payment Tracker proporciona actualizaciones sobre sus pagos en tiempo real, para que siempre esté al tanto de cualquier posible obstáculo o retraso.
Y lo que es mejor aún. Puede ofrecer visibilidad sobre los pagos a sus proveedores concediéndoles acceso a esta herramienta.
El beneficio es doble:
Ningún proveedor de servicios de pago puede garantizar que todos los pagos internacionales se realicen a tiempo, sin dificultades ni retrasos. Sin embargo, iBanFirst le ofrece el máximo nivel de transparencia y visibilidad para que pueda estar al tanto de sus pagos y de este modo anticipar los posibles problemas con sus proveedores. Además, podrá hacerlo de forma más rápida, más eficaz y más económica.
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